En los locales comerciales que ofrecen servicios de papelería e impresiones en la avenida Delta era escasa la afluencia de usuarios durante la mañana del martes.

Aquello era un escenario bastante inusual en esta vía que suele registrar un intenso movimiento de estudiantes de la universidad, muchos de ellos usando buses de transporte público y cruzando de un costado a otro de la vía para dirigirse a los establecimientos con el fin de cumplir sus tareas académicas.

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A lo largo de este mes, la continuidad de la modalidad virtual de los alumnos de la Universidad de Guayaquil ha golpeado el movimiento comercial en la avenida Delta y sus alrededores, como la calles Tungurahua y Quisquis.

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En locales de los alrededores de la universidad, como si fuera una fecha de feriado, el martes había nula presencia de clientes, en otros circulaban apenas uno o dos en un lapso de 20 minutos.

Desde el 31 de marzo anterior la universidad expuso que se acogía a la modalidad virtual en todas sus jornadas entre el 1 y el 5 de abril. Luego emitió dos nuevos comunicados más para extender la medida hasta el 19.

Esta disposición se aplicó en todas las carreras y áreas del conocimiento con el objetivo de garantizar la seguridad de los docentes y estudiantes, al tomar en cuenta que algunos residen en otras provincias o fuera de Guayaquil, así como las condiciones climáticas que se presentan actualmente en el país, expuso la institución.

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Los estudiantes llegaban a diario a los locales cercanos para solicitar los servicios de fotocopias, impresiones, anillados de documentos, alquiler de computadoras, entre otros.

Manuel, trabajador de un negocio, situado en la avenida Delta, cerca de uno de los accesos a la universidad, dijo que ya venían arrastrando una baja por el periodo de vacaciones de la institución y que tenían puestas las esperanzas en este mes de inicio de clases generales, pero el panorama no ha sido favorable.

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José, propietario de ese mismo negocio, expuso que esta merma es similar a los tiempos de la pandemia. Él manifestó que la baja es del 80 % aproximadamente.

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“Nos ha afectado bastante el asunto, a tal punto que estamos considerando cerrar definitivamente, peor que en pandemia, ya no justifica estar aquí”, detalló el representante, quien agregó que se ha organizado este mes con lo mínimo y lo indispensable para mantener las operaciones.

Las clases se mantienen virtuales en la Universidad de Guayaquil por tercera semana seguida.

Apenas José y Manuel atienden el local, a diferencia de años anteriores en que había unos cuatro trabajadores más por el intenso trajín que representaba la concurrencia de alumnos y clientes de otras partes. Todo ha ido decayendo y ahora se sienten más los estragos.

Entre dificultades, el propietario del negocio contó que tiene retraso en el pago del décimo cuarto sueldo de ese único trabajador por los ajustes implementados para cubrir los gastos básicos, incluyendo el alquiler.

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“Sí sé que vienen mejores días, a él ya se le paga, pero hay otros (negocios) que no los tienen afiliados y están complicados”, dijo el dueño del local.

Añadió que se mantienen con incertidumbre de cuándo se retomará la presencialidad en las aulas de la universidad. “Esperamos que se reactive y tener ventas”, expresó él.

En estas semanas, además de los factores de seguridad y la escasez de usuarios, la atención se ha acortado con un horario de cierre de 21:00 a 18:00, aproximadamente.

Por ello, el dueño y su trabajador pidieron presencia policial en la zona, puesto que en ciertas ocasiones hay sujetos que operan por el lugar para atracar a usuarios de líneas de transporte público y transeúntes.

“La otra vez a un señor que vende hamburguesas le llegaron en motos y le robaron, tuvo que entregar todo”, relató Manuel.

En otro negocio, dedicado a servicios de impresiones, un dependiente expuso que la concurrencia de universitarios representa alrededor del 50 % del movimiento comercial.

En estas semanas están con ingresos para sostener la operatividad. Estos se generan con clientes y representantes de empresas que llegan en una menor cantidad desde otras zonas o solicitan el servicio por plataformas virtuales.

Él manifestó que la mayoría de los estudiantes viven lejos de la zona e incluso en otras localidades, por lo que no hay afluencia de ninguno de ellos mientras continúen sus estudios de manera virtual.

“Como no hay clases son muy pocas personas que circulan, con las empresas nos estabilizamos un poco. Esperamos que los chicos ya entren a clases para generar mas ingreso”, expresó el trabajador, quien agregó que por ahora alcanza con las justas para sostener las operaciones.

En locales de comida también trabajadores expusieron que hay una baja en la venta; la producción ha cambiado, con una disminución similar a la de los locales de papelerías. Las cantidades de presentaciones han bajado tanto en la mañana como en la tarde.

Debido a la crisis arrastrada y las últimas semanas con bajo movimiento, algunos locales permanecen con puertas cerradas y unos tienen letreros de ‘Se alquila’.

Por tercera semana consecutiva, la universidad se mantiene en virtualidad. El intenso tráfico de buses y autos que suelen copar la avenida Delta y calles aledañas también se nota en la calle Tungurahua y otras del barrio Orellana. (I)