En el corazón de la Amazonía ecuatoriana, en la confluencia de los Andes con las llanuras tropicales, se encuentra el nuevo Geoparque Mundial de la Unesco de Napo Sumaco. Este territorio ha sido oficialmente reconocido como parte de la Red Mundial de Geoparques, una distinción que resalta su valor geológico, ecológico y cultural.

Se trata del tercer geoparque mundial en Ecuador. El primero en ser reconocido fue el de Imbabura en el 2019.

La designación se da en el marco del décimo aniversario de la red, que reúne sitios en todo el mundo con un patrimonio geológico excepcional, y representa un nuevo impulso para la conservación, la educación ambiental y el desarrollo sostenible liderado por comunidades locales.

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Más de 170 millones de años de historia geológica

El Napo Sumaco conserva más de 170 millones de años de historia geológica, desde el Jurásico hasta la actualidad. En este paisaje destacan el volcán Sumaco, de composición poco común y considerado potencialmente activo, y las formaciones kársticas con cuevas donde se investigan cambios climáticos antiguos a través del estudio de espeleotemas.

Este geoparque no solo asombra por su geología, sino también por su biodiversidad: más de 6.000 especies vegetales y una gran variedad de fauna, muchas de ellas endémicas, hacen de la zona un santuario natural.

La riqueza natural de Napo Sumaco se protege gracias al compromiso de las comunidades locales, especialmente los pueblos kichwas de la Amazonía. Prácticas ancestrales como la minga y la turkana se integran en el cuidado del territorio, en un sistema de valores donde la Pacha Mama es el centro.

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Geoparque Napo Sumaco

A muchos de los geositios del parque solo se accede con la guía de los residentes locales, lo que garantiza una relación respetuosa con la tierra y genera oportunidades para los habitantes.

Además, grupos comunitarios como las guías Pushak Runakunas lideran el geoturismo responsable, mientras que colectivos como Yachak Awakkuna mantienen viva la artesanía tradicional amazónica, con creaciones en cerámica, fibras naturales y pigmentos vegetales.

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Otro ejemplo de integración entre cultura y sostenibilidad es el Grupo Gastronómico Mikusha Kawsari, que promueve el sistema agroecológico de las chakras amazónicas, destacando su papel en la alimentación, la medicina natural y la cocina gourmet de raíces ancestrales.

Geoparque Napo Sumaco

Geoparque Volcán Tungurahua

Con la incorporación de Napo Sumaco, Ecuador suma su tercer geoparque mundial, después del geoparque del volcán Tungurahua. Ambos territorios, aunque son geográficamente distintos pues uno está en la Sierra y otro en la Amazonía, comparten el mismo espíritu: conservar la historia geológica del planeta mientras celebran y fortalecen las culturas vivas que habitan en él.

El parque barca una extensión de 2.397 kilómetros y mantiene 20 geositios disponibles para el turismo, entre los que se destacan seis volcanes, como Chimborazo, El Altar, Mul Mul e Igualata, entre otros. A estos se suman otros atractivos naturales, como el mirador de Diamante en Patate, el flujo piroclástico de Los Pájaros, el cañón de San Martín, Las Caras, la cascada Ojo del Fantasma, las aguas termales de La Virgen, el Pailón del Diablo y la laguna Amarilla.

“En diez años, los geoparques de la Unesco se han convertido en modelos para la conservación del patrimonio geológico. Pero su función va mucho más allá”, afirmó Audrey Azoulay, directora general de la Unesco. “Apoyan proyectos educativos, promueven el turismo sostenible y mantienen vivos los conocimientos y tradiciones mediante la participación de las comunidades locales e indígenas”. (I)

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