La guerra comercial a la que Donald Trump le abrió la puerta al hablar de imponer aranceles a sus vecinos, Canadá y México, impacta no solo en la actividad propia de las importaciones, propina un duro golpe también al turismo, al menos entre los canadienses. Hay quienes ya comparan lo que ven con la apagada actividad de los meses en pandemia del covid-19.