Las circunstancias dan para que no sean drásticos los cambios que pueda hacer Félix Sánchez Bas en la próxima convocatoria de la Selección. Los partidos comprobatorios, como los que en Estados Unidos se jugarán contra Guatemala (21 de marzo) e Italia (24 de marzo), son exactamente para citar a jugadores que no han tenido la suerte de recibir llamados previos y a otros que, con la ratificación de su presencia, puedan tener mayores oportunidades. Para eso sirven los amistosos.

Conozco que el entrenador de la Tricolor piensa convocar a Alan Minda, quien juega en Bélgica (Círculo de Brujas), a Pedro Vite (MLS), quien hizo un buen torneo Preolímpico, pero respecto al resto de integrantes de la nómina Sánchez Bas siempre da sorpresas. Él deja para última hora el anuncio. Sin embargo, creo que las circunstancias dan para que se pruebe a nuevos futbolistas.

En cuanto al medio campo de Ecuador, ese era un sector que no implicaba dificultades para mencionar de corrido los nombres de sus integrantes. La línea de volantes era un bloque que tenía pocas alteraciones; siempre llamaban a los mismos, pero hoy ya no ocurre aquello.

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Carlos Gruezo ya cumplió su ciclo y en su club (San José Earthquakes, de la MLS) ni siquiera es titular. José Cifuentes no está en un buen momento, tampoco es titular y no tuvo fortuna en Escocia y hoy tampoco la tiene en Brasil. Alan Franco está en un declive permanente, pero no hay más. Tendríamos que buscar reemplazos.

Dixon Arroyo tendría que ganarse la titularidad en Barcelona SC para eventualmente ser llamado para la Copa América 2024. Habría que revisar qué otro mediocampista hay, porque el único fijo es Moisés Caicedo, por estar en otro nivel.

No obstante, creo que más que los convocados la mayor complicación de la Selección tiene que ver con el sistema de juego que aplica Sánchez Bas. El estilo del español debe sufrir modificaciones porque no se puede pretender jugar de manera tan directa.

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Ese es un error de Ecuador que se ha hecho evidente, sobre todo, cuando se presenta de local en Quito. Por ahí pasa mi principal preocupación. Espero que Sánchez Bas ya se haya acostumbrado a ser técnico de la Tricolor y que analice hacer rectificaciones en cuanto al estilo de juego.

En lo referente al ataque, es lamentable que Enner Valencia sea el titular. Y cuando uso la palabra lamentable no me refiero a él como persona o como delantero. Enner hace un gran esfuerzo futbolístico y hoy es irreemplazable en la Selección. Michael Estrada no ha mostrado sus dotes al ser repatriado por Liga de Quito. El centrodelantero Miguel Parrales, goleador del campeonato 2023 con Guayaquil City, no aparece como titular con los albos. Y Leonado Campana es un sí y un no.

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El atacante guayaquileño del Inter Miami, en la MLS, no ha dado frutos cuando ha estado en la Selección absoluta. Sin embargo, creo que hay que seguir buscando alternativas futbolísticas para que Campana demuestre que está hecho para jugar en la Tricolor.

Jordy Caicedo, por ejemplo, recién ha comenzado a jugar en el Atlas, de México. Es necesario seguir confiando en Enner y volver a llamar a Gonzalo Plata para averiguar si mentalmente ya es más estable en cuanto a entender lo que representa el orgullo de vestir el uniforme de la Selección, porque parece que no lo tiene del todo claro. Hay que convocar a Jeremy Sarmiento para saber cómo está él.

La verdad, tenemos dificultades en ese departamento. En general, la Selección, realmente, no está en el mejor momento como para convocar jugadores que estén en gran nivel futbolístico. (O)