Este viernes, 1 de diciembre, es el Día Mundial del Sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y en Ecuador las personas que viven con estas condiciones aún experimentan discriminación y acceso restringido a la atención médica, especialmente en el área de la salud mental, según los resultados del estudio VIHvir: Devolución de los Resultados de Investigación: Viviendo con VIH en Ecuador, desarrollado por el Centro de Salud Mental de la Universidad San Francisco de Quito.

Este y otros resultados se presentarán para todo público mañana, de 10:00 a 12:00, en el patio interno de la Plaza Da Vinci, en el campus de la USFQ en Cumbayá.

  • Los portadores de VIH experimentan ambientes hostiles e invalidantes, y eso los desanima de compartir el diagnóstico.
  • En entornos laborales, la falta de conocimiento profundiza los actos violentos.
  • No todos los grupos de apoyo respetan identidades de género diversas.
  • Hay discriminación en los espacios hospitalarios y en el acceso a los servicios de salud.

El mismo día, en Guayaquil, el Centro Infectológico y Neumológico Alemán Rodas, dirigido por el médico Washington Alemán, presentará el conversatorio “Actualización por la infección del VIH”, con la intervención del ginecólogo Iván Altamirano, la pediatra Mercedes Ortiz, la microbióloga Karina Izquierdo y el infectólogo Andrés Díaz. Será en la terraza de la Torre Médica Solaris (avenida Joaquín Orrantia, frente al c. c. Mall del Sol), a las 19:00.

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El estudio VIHvir se inició en 2021, y hasta el momento ha tenido tres cohortes, en total 70 personas que viven con VIH en Ecuador. Ellos han recibido apoyo terapéutico con componentes de yoga, meditación y movimiento. En cada sesión se hace psicoeducación sobre el VIH, se comparten técnicas de regulación emocional, se trabaja en el desarrollo de relaciones saludables, la superación del autoestigma y se fomenta la reinterpretación del diagnóstico. Toda la investigación está supervisada por Valeria Troya, profesora de la USFQ.

Los participantes son personas en diferentes etapas de sus diagnósticos, de 18 y 65 años, de diversos grupos sociales, que han recibido ayuda para la regulación emocional, comunicación asertiva, establecimiento de límites y empoderamiento en relación con su diagnóstico de VIH, con temas como antirretrovirales, clínicas especializadas, nutrición y el estilo de vida, así como medidas de protección y prevención.

Por último, dicen los investigadores, uno de los objetivos es disminuir los sentimientos de culpa y autoestigma asociados a la infección.

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La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida) han puesto para este día la temática “Que lideren las comunidades”, reconociendo la importancia de que la sociedad civil al cooperar con información, servicios de pruebas y autopruebas, antirretrovirales de prevención (PrEP) y tratamiento del VIH. Una persona infectada que se adhiere al tratamiento ya no transmite el virus, mientras que una persona sana que toma PrEP tiene un 99 % de protección frente al VIH.

Luisa Cabal, directora regional de Onusida para América Latina y el Caribe, opinó que la región está “en la última milla” para llegar a la meta de poner fin al sida como un desafío de salud pública, pero las comunidades más afectadas no pueden quedarse atrás. Para apoyar la expansión de los servicios de VIH a las poblaciones clave y personas con VIH, llevan adelante la iniciativa Soy Clave en once países de América Latina, que fortalece alianzas entre las comunidades y la sociedad civil.

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Entre los grupos vulnerables, cita Onusida, están los gais, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, personas que ejercen el trabajo sexual, personas trans y usuarios de drogas, entre quienes se reporta la mayor cantidad de nuevas infecciones.

En América Latina y el Caribe alrededor de 2,5 millones de personas viven con VIH. En 2022, unas 130.000 personas adquirieron el virus y 33.000 perdieron la vida por causas relacionadas con el sida. (I)



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