La producción petrolera de Ecuador no se recupera. El país afronta un escenario con serios desafíos debido a la incertidumbre por la guerra de aranceles que inició Estados Unidos y la postura de la OPEP+ para subir la producción, lo que ha presionado a la baja los precios del crudo.

Entre enero y marzo de 2025, la producción de Petroecuador cayó 7,22 % en comparación con igual periodo de 2024.

Se perdieron 2,6 millones de barriles en el primer trimestre de este año, según el reporte trimestral de la empresa pública.

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El promedio de producción diaria de enero a marzo se redujo a 371.827 barriles, cuando en el 2024 se extrajeron en promedio 396.257 barriles al día. Es una disminución del 6,17 %.

Así, las exportaciones se contrajeron 4 % en volumen y 11 % en valor. Contrariamente, la demanda de derivados aumentó 5 % y, en consecuencia, la importación de derivados subió 21,2 %.

“En los últimos once años, el país experimenta una preocupante caída en su producción petrolera, disminuyendo desde un máximo de 565.000 barriles diarios a menos de 460.000 barriles diarios”, observó José Orellana, asesor empresarial y ex commodities research para CLSA.

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Anotó que la explotación de crudo se ha mermado por el impacto negativo del cierre anticipado del bloque 43-ITT, que empezó en agosto de 2024, y por el descenso productivo en campos maduros, cuyos rendimientos decrecen anualmente.

Producción de Petroecuador se estancó en 2024, para 2025 el Gobierno apunta a la inversión privada

Además, dijo, “hay serios riesgos operativos latentes”, como los problemas con el Sistema Oleoducto Trans-Ecuatoriano (SOTE), que se paralizó varios días en marzo, afectando el bombeo de crudo.

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La situación se agrava por el contexto mundial, donde el precio del petróleo WTI ha caído a niveles por debajo de $ 60 por barril, poniendo en aprietos a los países productores.

En el caso de Ecuador, el entorno es problemático porque el presupuesto fiscal, prorrogado para 2025, se sustenta en un precio estimado del petróleo de $ 63,57 por barril.

Considerando que el crudo ecuatoriano se comercializa con un castigo que ronda los $ 8, los ingresos petroleros del país disminuyen, afectando las asignaciones presupuestarias.

José Orellana explica que la presión aumenta, ya que la Casa Blanca busca fijar el precio del WTI en $ 50 por barril (43 dólares por barril para el crudo ecuatoriano), para frenar la inflación, según declaraciones de Peter Navarro, asesor del presidente Donald Trump.

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Además, Arabia Saudita, junto con otros siete miembros de la OPEP+, incrementará su producción en 411.000 barriles diarios a partir de mayo.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé impactos importantes por la guerra arancelaria, manteniendo a la baja los precios del petróleo. El organismo estima que el crudo descienda alrededor del 16 %. Además, anticipa una apreciación del dólar.

En esas condiciones, apremia que el gobierno del presidente reelecto Daniel Noboa aumente la producción petrolera.

En enero, el Ministerio de Energía y Minas anunció un ambicioso plan de inversiones, dentro del cual se planteó subir la producción nacional en 2025 a 580.088 barriles diarios (430.586 barriles de Petroecuador y 57.468 barriles de compañías privadas).

La meta del ministerio aún está lejos de la producción diaria actual. Al 24 de abril se extrajeron 471.539 barriles, entre Petroecuador y compañías privadas, de acuerdo con registros de la Agencia de Regulación y Control Hidrocarburos (ARCH). Faltan más de 100.000 barriles para alcanzar el objetivo.

Gobierno se propone subir a 580.088 barriles diarios la producción nacional de petróleo en 2025

Para levantar la producción y mejorar los ingresos del país, Orellana apuntó varias alternativas: inversiones significativas en exploración y producción para elevar las reservas, considerar un mayor uso de contratos de participación, renegociar los contratos de servicio existentes que promedian $ 39 por barril para cambiarlos a contratos de participación.

Sugiere que Petroecuador podría adoptar modelos similares a los de Ecopetrol, en Colombia, o Petrobras, en Brasil, que tienen un pequeño porcentaje de participación del sector privado. Además, se debería contemplar la exploración de gas natural.

“La estrategia nacional de hidrocarburos en Ecuador debe ajustarse a un panorama internacional que está en constante evolución”, comentó.

Incluso, antes de que Estados Unidos anunciara la imposición de sobretasas arancelarias, el pasado 2 de abril, en lo que denominó Liberation Day, el precio internacional del crudo en el primer trimestre del 2025 se debilitó en comparación de 2024, afectando las exportaciones de Ecuador.

En 2025, el país obtuvo $ 1.814 millones por la venta de 28,1 millones de barriles de enero a marzo, con un precio de $ 64,63 por barril. Sin embargo, en similar periodo del 2024 se exportaron 29,3 millones de barriles, a un precio de $ 69,44 por barril, generando ingresos por $ 2.032 millones.

El Gobierno ecuatoriano debe hacer un análisis integral del entorno para ajustar el presupuesto fiscal y podría considerar liberar el precio de la gasolina extra si se presentan condiciones favorables, observó Oswaldo Erazo, secretario ejecutivo de la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados del Petróleo del Ecuador (Camddepe).

“Se está viviendo una turbulencia petrolera”, comentó Erazo y señaló que el 28 de abril se reunirán nuevamente los países miembros de la OPEP+ para resolver el incremento de la producción.

“Si nosotros como país no tenemos inversión, sea privada, nacional o extranjera; si no tenemos trabajos de prospección para incrementar reservas, no se puede aumentar la producción. Se necesita una planificación integral de toda la cadena de valor, porque la producción petrolera no solo es petróleo, sino que es la prospección, la extracción de crudo, el transporte, almacenamiento, refinación, la importación de combustibles”, analizó Erazo.

Con bajos precios del petróleo, los consumidores de combustibles en Ecuador se beneficiarán de precios bajos en las gasolinas extra, ecopaís. José Orellana estima que las circunstancias podrían alentar al Estado a disminuir en alguna medida el subsidio al diésel o hasta eliminarlo si el costo internacional del diésel resulta inferior al precio oficial en Ecuador. (I)